Los días 21 y 22 de octubre tuvimos ocasión de participar en las Jornadas de formación “Hablar con los niños en mediación”, organizadas por la Asociación Madrileña de Mediadores e impartida magistralmente por Lillian Van Wesemael, prestigiosa mediadora internacional que actualmente desarrolla su tarea en los Juzgados de familia de Holanda.
Acudimos a esta formación porque nos llamó la atención el planteamiento de que los niños sean escuchados en el proceso de mediación. Cuando dirigimos una mediación trabajamos siempre con los padres que se separan, teniendo presente en todo momento los intereses de los hijos. En alguna ocasión hemos analizado la posibilidad de trabajar directamente con los hijos, pero siempre lo habíamos descartado basándonos en la idea de que la responsabilidad de llegar a buenos acuerdos y velar por el bienestar de los menores es de los padres. Sin embargo, es cierto que toda actividad que desarrollamos en SOLVER siempre tiene presente la influencia vital, educativa y formativa de los niños que de un modo directo o indirecto se ven afectados por nuestra actividad.
Por esta razón nos acercamos con mucho interés a esta posibilidad de incorporarles a las sesiones de mediación en los casos de crisis de la pareja cuando ello pueda ser beneficioso para la familia y siempre que no se ponga en riesgo a los niños. Lillian nos proporcionó muchas herramientas, un soporte teórico sólido y nos transmitió la importancia de la formación específica para abordar estas sesiones. El objetivo es poder escuchar a los hijos para que sean ellos los que nos puedan contar cuáles son sus intereses y necesidades.
Algunas ideas básicas que rescato para poder celebrar estas sesiones con los hijos:
– Necesidad de trabajar previamente con los padres sobre cómo y por qué se va a hacer esa escucha y sobre qué van a hacer con lo que sus hijos aporten.
-No se trata en ningún caso de un interrogatorio para “desenmascarar” a los padres.
-No es una terapia para los hijos. Si la necesitan habría que derivar a otro tipo de trabajo.
Nuestro papel aquí como mediadores sigue siendo enfocar el proceso en los intereses, legitimar a todos los miembros de la familia y acompañarla para que lleguen a los mejores acuerdos.
A partir de esta formación incorporamos a nuestros servicios otra vía más de trabajo al servicio de las familias.