En los últimos meses varias familias se han puesto en contacto con nosotras para intentar solucionar las dificultades que planteaban sus hijos adolescentes.
Reconocemos que es un trabajo intenso e interesante por cuanto supone de acercamiento a una realidad un tanto “demonizada” en un momento evolutivo, como es el de la adolescencia, con un montón de luces y sombras.
Una de las cosas que más sorprende a quienes solicitan nuestra intervención es que abordemos la cuestión con todos sus protagonistas: padre, madre, hermanos y el propio adolescente. Una de las actitudes que nos hemos encontrado es la tendencia a “dejarnos” al chaval (“mirad a ver qué podéis hacer con él/ella”) y pretender volver a recoger los resultados tiempo después. Cuando planteamos trabajo conjunto, con tiempos de escucha para todos los protagonistas, con aportaciones sobre la evolutiva de la persona y, sobre todo, empoderando a los padres en su capacidad para ser ellos quienes controlen la situación, nos encontramos con mejoras en poco tiempo.
Escuchar a nuestros hijos es importante, aunque hacerlo sin juzgar, con tiempo y serenidad es complicado. Expresar emociones de manera adecuada a nuestros hijos, cuando ellos son una “montaña rusa” es fundamental. Y tener claro dónde poner las consecuencias a los comportamientos inadecuados es un principio fundamental en el desarrollo de los adolescentes. Por eso el trabajo lo realizamos en “equipo”, creando espacios de comunicación real y efectiva, entrenando herramientas que nos sirvan para gestionar sentimientos y acompañando en la “supervisión parental” de consecuencias ante comportamientos inadecuados.
Nuestra sensación generalizada es que los “pequeños tiranos” que vienen a sesión son, en el 99% de las ocasiones, unos tíos y tías estupendos que con algunos ajustes llegarán a ser grandísimas personas. Y si no al tiempo!!!
La labor de padres y madres en una sociedad compleja puede hacerse bastante complicada. Lo realmente inteligente es saber poner remedio a estas complicaciones y no esperar a que pasen con el tiempo. Por eso mantenemos con ilusión nuestro servicio de Mediación y acompañamiento en las relaciones padres- hijos/hijas.