En estos días de la vuelta al cole queremos dedicar nuestro blog a los derechos de los niños y de las niñas. Ellos son una parte importante del trabajo de los padres en mediación ya que, especialmente cuando se separan, suelen tener muchas dudas sobre el bienestar de sus hijos e hijas a partir de ese momento ¿cómo hacer para que ellos no sufran y lleven el cambio de la mejor manera posible? Cierto es que la experiencia nos dice que respecto a estas cuestiones los buenos acuerdos suelen ser más fácil de conseguir.
En el peor de los casos los padres están tan inmersos en su propia crisis personal que olvidan que los niños forman parte del proceso, que ambos siguen siendo responsables de su bienestar y que hay que atender prioritariamente a sus intereses.
A unos y otros os invitamos a disfrutar de la visión de una gran mujer y a que el “Libro de Gloria Fuertes para niños y niñas” sea una de vuestras lecturas compartidas con ellos.
«LOS DERECHOS DE LA INFANCIA
- Las niñas y los niños tienen derecho a crecer sanos y felices. Son inocentes, puros, no saben de política, ni de dinero, ni de intereses, ni de geografías, ni de odios. Y, si tienen suerte, seguirán ignorando esos temas de mayores.
- Las niñas y los niños tienen derecho a tener un nombre al que responder y una casa en la que vivir. Y si no les gusta su nombre, que se inventen otro que suene mejor.
- Las niñas y los niños tienen derecho a tener amor, comida, compañía, juguetes y medicinas. Hay que quererlos y comprenderlos. Si puede ser, es recomendable que estén en contacto con los animales. Se extrae más sabiduría de contemplar (y entender) a un animalito durante unas horas que de leerse todos los tomos de la enciclopedia universal. Esto los niños lo saben, pero a muchos adultos se les ha olvidado.
- Las niñas y los niños tienen derecho a que se les proteja de todo lo malo. Tienen derecho a que no les enseñemos violencia, crímenes, ni guerras, y a que no les bombardeemos con hambre, susto y metralla. Si los que montan las guerras quisieran de verdad a los niños, no habría más guerras.
- Las niñas y los niños tienen derecho a ser queridos y cuidados por sus madres y sus padres. Los mayores tienen que jugar con los niños. De todo lo que tienen alrededor los mayores, las niñas y los niños son lo que más vale.
- Las niñas y los niños tienen derecho a recibir una educación buena y gratuita. Tienen que aprender de todo, porque cuando nosotros ya no estemos serán ellos quienes se encarguen de cuidar el planeta y a las niñas y niños del mañana. Tenemos que enseñarles todo lo que sabemos (todo lo bueno). El futuro depende de ellos.
- Las niñas y los niños tienen derecho a ser las primeras personas en recibir ayuda en cualquier situación peligrosa. Que nadie dispare donde haya niños, en la gloria no necesitamos más ángeles.
- Las niñas y los niños tienen derecho a no ser abandonados nunca y a no tener que trabajar en trabajos de adultos. No hay nada más triste que ver a un niño con cara de señor o a una niña con cara de señora. Que nadie robe la niñez a los niños, por favor.
- Las niñas y los niños tienen derecho a ser protegidos contra el racismo, la discriminación religiosa y cualquier otra práctica inhumana. Nacen para ser mejores que nosotros, no para ser nuestras víctimas.
- Las niñas y los niños tienen derecho a aprender lo que significan las palabras amor, tolerancia, amistad, empatía, paz y fraternidad. Un mensaje para las niñas y niños que estéis leyendo esto: tened los ojos bien abiertos porque todas esas palabrejas os las voy a explicar yo misma en este libro.”
Cumpliendo este decálogo les aseguraríamos una infancia feliz y, como decía Oscar Wilde «el medio mejor de hacer buenos a los niños es hacerlos felices».