-26 de marzo ¿QUÉ HACEMOS CON LOS NIÑOS?
Una de las primeras medidas que se tomó para evitar la propagación del coronavirus fue la de cerrar los centros educativos y pronto comenzó a cundir el pánico, mucho más cuando se recomendaba no dejarlos con la población de riesgo: LOS ABUELOS.
Traemos este texto de Raúl Dueñas en libro “Bye, bye, Ayoi” sobre el papel de los padres que como reflexión sobre lo que pasaba antes del coronavirus nos parece muy interesantes y que puede explicar parte de este miedo:
El principal objetivo que deberíamos tener ante el reto de ser padre, es ser un buen padre, dedicado a sus hijos. Robar tiempo a nuestro hijos, sustituyendo esta presencia por los abuelos de manera continua, haciéndolos padres otra vez esclavos sin salario, o sustituyendolos por la obligación laboral, por escalar en la empresa ante lo que tenemos en casa, o incluso por excesivo vicio al ocio, es sin duda vivir con escasa humildad, sin recapacitar de que todos somos efímeros y que lo más importante que podemos dar a nuestros hijos, es tiempo y dedicación. Todo aquel que esté en su sano juicio, pone delante verbalmente a su familia antes que a nada, pero no todos terminan cumpliendo lo que dicen. Se excusan ante la sociedad que tanto empuja al abismo, nosotros somos incapaces de darnos cuenta, hasta que es demasiado tarde. Nuestros hijos pagan las consecuencias, divorcios, papá, mamá o los dos están siempre fuera de casa (trabajo, deporte, amigos, el bar, la moto…). Y necesitamos tanto de nuestros hijos que acabamos involucrándolos en nuestros hobbies. Todo es lógico si es equilibrado y todo tiene sentido si impera el amor y el respeto.
Tenemos por delante una gran oportunidad de dar tiempo y dedicación a nuestros hijos. Ahora hay desequilibrio en el otro lado y tenemos que estar todo el día juntos. Ojalá cuando esto pase (porque esto también pasará) seamos conscientes de lo aprendido y pongamos manos a la obra a lograr ese equilibrio entre nuestro bienestar y la dedicación a los demás.
